Hemos aprendido la diferencia entre sonido y ruido, también hemos visto el cómic de "Silín y Ruidón", que nos ha hecho entender lo molesto que es trabajar en un ambiente sonoro desagradable. A continuación, jugamos al juego relacionado con el cómic. Teníamos que identificar los ruidos y hacerlos desaparecer, para, finálmente: ¡decir adiós a ruidón!
Por otro lado, seguimos los consejos de la OMS (Organización mundial de la salud), que nos aconsejaba mantener siempre 55 dB como máximo durante un tiempo prolongado. Cogimos el sonómetro y nos dispusimos a medir la intensidad del sonido, nos hemos vuelto unos auténticos expertos en la materia. Ya sabemos cuando nos estamos pasando de los decibelios recomendados y levantamos la mano para que toda la clase respete el ambiente agradable que queremos conseguir en nuestras clases.
Por último, como actividad práctica, hemos realizado unos dibujos sobre la contaminación acústica y hemos tuneado nuestras sillas, os dejamos con un ejemplo, ¡ahora tenemos sillas silenciosas!
¡Pssssssssss! ¡Silencio, por favor!
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