Vivimos en el mundo de la comunicación y somos seres sociales por naturaleza pero realmente... ¿sabemos escuchar? Dedicamos mucho tiempo a hablar por sms, whatsapp, twenti, twitter, facebook.... a emitir, pero tenemos problemas de comunicación. Esta falta de eficacia en la comunicación se debe en gran parte a que no sabemos escuchar a los demás. Oímos pero no escuchamos. Oír es simplemente percibir vibraciones de sonido, en cambio escuchar requiere comprender lo que se oye.
La escucha activa no es oír ni escuchar sino entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. Y no solo escuchar lo que dice, también lo que no dice: sentimientos, emociones, pensamientos...
Para poder llevar a cabo una escucha activa eficaz debemos ser personas empáticas, es decir, que nos pongamos en el lugar de la otra persona.
Alcanzar ese sintonía entre emisor y receptor es importante porque, como apunta Guillermo Varela Arjona "lo verdadero no es lo que digo yo, sino lo que entiende el otro"
Tenemos la suerte de que no es algo que se tiene o que no se tiene sino que se puede entrenar y mejorar. Gracias a la escucha activa podemos obtener grandes beneficios:
- Recibir información valiosa.
- Genera confianza y mejora la autoestima.
- Muestra de interés por nuestra parte.
- Reduce las defensas o recelos.
- Informa de que estás siendo entendido.
- Reduce los sesgos y prejuicios.
¿Cómo podemos hacerlo?
- Con nuestro cuerpo: postura activa, mirando a los ojos, cara de atención, asentir con la cabeza, tomar notas si procede.
- Con nuestras palabras: no interrumpiendo, respetando turnos y pausas, no realizar interpretaciones, resumiendo lo que ha dicho para mostrar que le hemos entendido, pedir aclaraciones si algo no entendemos, reforzando o dando cumplidos, realizando paráfrasis (repetir sus palabras), etc.
Beatriz
Tenemos la suerte de que no es algo que se tiene o que no se tiene sino que se puede entrenar y mejorar. Gracias a la escucha activa podemos obtener grandes beneficios:
- Recibir información valiosa.
- Genera confianza y mejora la autoestima.
- Muestra de interés por nuestra parte.
- Reduce las defensas o recelos.
- Informa de que estás siendo entendido.
- Reduce los sesgos y prejuicios.
¿Cómo podemos hacerlo?
- Con nuestro cuerpo: postura activa, mirando a los ojos, cara de atención, asentir con la cabeza, tomar notas si procede.
- Con nuestras palabras: no interrumpiendo, respetando turnos y pausas, no realizar interpretaciones, resumiendo lo que ha dicho para mostrar que le hemos entendido, pedir aclaraciones si algo no entendemos, reforzando o dando cumplidos, realizando paráfrasis (repetir sus palabras), etc.
"Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad, la locuacidad y la laringitis"
William George Ward (1812-1882) Escritor y teólogo inglés.
Beatriz
No hay comentarios:
Publicar un comentario