lunes, 23 de abril de 2012

Una familia comprometida con la lectura...

1.  Una familia comprometida con la lectura es aquella que anima a leer incluso antes de que su hijo/a sepa leer. Proporciona a niños y niñas libros bien ilustrados para que pasen las hojas y se recreen mirando las imágenes es una buena manera de empezar a amar la lectura.
Los libros sin texto también se leen, es evidente. Las personas adultas podemos hacer de mediadores con los pequeños, pero también favorecer el que ellos interpreten lo que ven dibujado o fotografiado. Un libro siempre es una oportunidad para la sorpresa y para el encuentro.

2.  Es aquella que da ejemplo leyendo libros, revistas, periódicos y permite que sus hijos e hijas los sorprendan frecuentemente con uno de ellos en las manos.
Parece razonable pensar que si nuestros hijos nos sorprenden con material de lectura en nuestras manos, es posible que sientan una creciente curiosidad por saber qué guardan.

3.  Es aquella que cuenta cuentos a sus hijos e hijas, les recita rimas y poesías, se las lee en voz alta y llena sus oídos de musicalidad y de magia.
 A lo largo del día hay algunos momentos especiales para que niños y niñas oigan las más hermosas palabras rimadas y cantadas, acompañadas de juegos con las manos y de cálida musicalidad.

4.  Es aquella que acompaña a sus hijos e hijas a visitar exposiciones, que asiste a funciones de títeres o teatro y a otros espectáculos culturales para ir afinando la sensibilidad y la imaginación de sus pequeños.
Es evidente que los caminos que conducen a la lectura son diversos y, en ocasiones, variopintos. Todo aquello que potencie y desarrolle la sensibilidad y la imaginación parece encaminado a ofrecer argumentos favorables para el acercamiento de todas las manifestaciones de la cultura y, por supuesto, al libro, a la lectura y a las bibliotecas.

5.  Es aquella que comparte y comenta las lecturas de sus hijos e hijas.
Desde que nuestros hijos e hijas son pequeños podemos ojear con ellos y leerles libros, haciendo distintas voces según sea el personaje que habla, abundando en gestos y expresividad y haciendo de la lectura un tiempo agradable y divertido.


6.  Es aquella que acompaña a sus hijos e hijas a los lugares donde están los libros (librerías y bibliotecas) para mirar y seleccionar juntos.
Interesarse, acompañar y ayudar a elegir, orientando a los niños sobre lo más adecuado a su edad, a sus intereses.
7.  Es aquella que fomenta y cuida la biblioteca familiar o personal y destina en su casa un espacio adecuado para ello.
Es una buena práctica, favorecedora del aprecio por los libros y la lectura, el hecho de formar, desde los primeros años, la biblioteca personal del niño o de la niña: un espacio de fácil acceso  donde se irán colocando los libros, pero también las revistas, álbumes, etc.

8.  Es aquella que comprende que la compra de un libro no es algo excepcional, aunque en las fechas señaladas, cumpleaños, reyes, día del libro, etc..., no debe faltar, sino que lo considera parte de los gastos de educación de sus hijos e hijas.
Los libros son portadores de la fantasía, de los recuerdos, de la historia, de la cultura… Deben ser alimento cotidiano para el cerebro y no deberían faltar en la infancia de ningún niño o niña.

9.  Es aquella que se ocupa de ver algunos programas de televisión, películas de vídeo, etc. con sus hijos e hijas y que, juntos, comentan y comparten la experiencia.
Nada lograremos oponiendo la lectura o los libros a los medios audiovisuales. Es preferible la estrategia de la convivencia a la del enfrentamiento. Por lo tanto, cuando podamos, veamos también los programas, las películas, los videos que ellos y ellas ven para poder intercambiar opiniones y contrastar pareceres o para poderles explicar determinadas escenas o situaciones.


Texto de Mariano Coronas Cabrero


1 comentario:

  1. Muy interesante y adecuado para el día de hoy, el del libro.

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