jueves, 14 de febrero de 2013

Miércoles de ceniza

¡Conviértete y cree en el Evangelio!

Ayer celebramos el miércoles de ceniza en la capilla del colegio. Los alumnos/as de primer ciclo pintaron un dibujo y ordenaron las palabras Jesús nos dice: ¡Conviértete y cree en el evangelio! y bajaron a la capilla con Iban. Llos de segundo y tercer ciclo bajaron a la capilla para recibir la ceniza de la mano de Santos.

Este día es el primero de la Cuaresma y se celebra cuarenta días antes de Semana Santa, es decir, del Domingo de Ramos. La ceniza se extrae de quemar los ramos benditos del Domingo de Ramos anterior.


Para entender mejor este día os dejo el Buenos días que leímos en las clases:

Solemos encontrar ceniza por las calles de Valencia después de la "cremá" de sus fallas, en las calles o la playa cuando se han apagado las hogueras de San Juan, por los campos cuando los agricultores han quemado los rastrojos, en cualquier cenicero...

Los campesinos queman los rastrojos porque las cenizas constituyen un apreciado abono para la tierra: son fuente de vida para la nueva siembra. Nuestros abuelos abonaban las macetas y los sembrados con las cenizas sacadas del fuego del hogar.

Para preparar la gran fiesta cristiana de la Pascua, la Iglesia nos invita a comenzar la Cuaresma haciendo ceniza, con la que se marcará la frente de los cristianos en la celebración del miércoles de ceniza.

No habrá ceniza si no hay previamente fuego que queme o que destruya algo. No habrá crecimiento de vida si no se abona con la ceniza que proviene de quemar lo que nos impide ser mejores personas.
La "mejor" ceniza y la más válida es la que se obtiene al "quemar" los egoísmos de nuestro corazón, la falta de solidaridad con los necesitados, la violencia y la injusticia de ciertos comportamientos, la comodidad y la vagancia que nos impiden ser responsables, la envidia que nos corroe por dentro.

No quemamos porque sí. La ceniza debe ser fuente de vida, origen del algo nuevo y mejor, abono fecundo. Quemamos los egoísmos para que nazca el amor; quemamos las esclavitudes para que se desarrolle y crezca la libertad; prendemos fuego a las injusticias para que haya más igualdad y fraternidad; hacemos arder nuestros miedos y nuestras comodidades para que puedan crecer el compromiso.

¿Qué debemos quemar en nuestras vidas? ¿qué hay en nosotros que es preciso convertir en cenizas?


Señor Jesús, haznos entrar dentro de nosotros mismos y convertir en cenizas todo aquello que nos impide ser felices; ayúdanos a vivir reconciliados, en paz y en cercanía con nosotros y contigo. Amén





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