Qué bonito es el otoño y más si tenemos la suerte de disfrutar de un bonito día de convivencia con nuestros amigos y profes rodeados por hojas verdes, amarillas, naranjas,...
Y es que hoy nos hemos calzado nuestras botas, hemos cogido nuestras mochilas de exploradores y nos hemos lanzado a la aventura. ¡Y qué de aventuras nos esperaban en la finca de Ribavellosa!
Nada más llegar David y Miguel (¡muchas gracias chicos!) nos han dado la bienvenida, y a la par que nos enseñaban curiosidades sobre formas y colores de los árboles, nos animaban a hacer unos estupendos estiramientos para comenzar bien el día.
El equipazo de primero nos hemos lanzado de lleno a resolver "El misterio del arrendajo" y es que... no sabían quién se había comido al pajarito, ¡pero para eso estábamos nosotros!
Dando un paseo a la vez que descubríamos pistas, simulábamos el cantar de los pajaritos para comunicarnos con ellos, aprendíamos sobre las cornamentas del ciervo y del corzo, nos mostraban cómo los búhos vomitaban los restos que no le servían de alimento e incluso descubríamos lo suave que puede llegar a ser una pluma,... nos divertíamos, disfrutábamos del paisaje e íbamos convirtiéndonos en auténticos exploradores casi casi... casi profesionales.
Así hasta resolver el misterio (nos guardamos el secreto por si alguien quiere disfrutar de la experiencia) pero tranquilidad, también hemos tenido tiempo de reponer fuerzas almorzando en el corazón del bosque ¡y hasta de jugar con los árboles!.
Por otra parte, el equipazo de segundo hemos disfrutado de "Popolus, el guardián del bosque", viviendo grandes retos a la par que descubríamos el amor puro de Popolus hacia el medio ambiente. Tan grande era su cariño, que las hadas del bosque le propusieron convertirse en árbol a cambio de averiguar cuál era el secreto para que la naturaleza funcionase. En el día de hoy, también nuestra misión. Esta vez vamos a dar la solución, porque es muy muy importante y la teníamos en nuestro interior antes de comenzar el día; y es que como en la naturaleza, todos nos necesitamos. Así como en un ecosistema el árbol necesita a los animales, estos a las plantas, a los hongos, a los pájaros,... cada uno de nosotros necesitamos de nuestros amigos y seres queridos y ellos nos necesitan a nosotros.
Una vez finalizadas ambas actividades, hemos "cargado nuestras pilas" con la comida y hemos disfrutado de un ratito de juegos, equilibrios, flexibilidad, deporte,...
Un broche de oro para un día inolvidable.
¡Viva el otoño en Ribavellosa!