Aprender a aprender

martes, 5 de noviembre de 2019

Excursión al Parque Natural Sierra de Cebollera

El pasado 31 de octubre los alumnos y alumnas de 3º de Educación Primaria nos fuimos de viaje al Parque Natural Sierra de Cebollera  y nos convertimos por un día en "Duendes de la naturaleza".

Después de tantos rezos el clima se puso a nuestro favor y comenzamos esta aventura visitando el centro de interpretación  que se encuentra en Villoslada de Cameros, donde visualizamos un pequeño video de presentación sobre la flora y fauna de la zona, teniendo como principal protagonista a su río, el Iregua.


Una vez adentrados más en la naturaleza y después de haber almorzado, el paisaje que contemplamos nos dejó con la boca abierta, ¡qué color!


Siguiendo unas pistas y gracias a nuestros estupendos guías nos topamos con tres tipos de árboles con los que ya habíamos tenido un primer contacto en el centro de interpretación. Estos tremendos árboles fueron el pino silvestre, el haya y el roble, de los cuales pudimos aprender y observar la forma de sus hojas, su tronco y sus frutos.




El encuentro con uno de estos árboles nos dejó uno de los momentos más mágicos de toda nuestra aventura. En un recóndito lugar, como por arte de magia, había un enorme haya tapando con sus frondosas ramas un lugar que parecía sacado de una película. Había un montón de piedras que aprovechamos para realizar una actividad de relajación. ¡Menuda maravilla! Parecía que el bosque nos estaba hablando con el sonido de la corriente del río, el cantar de los pájaros, las hojas moviéndose con el viento...



Continuando con nuestro paseo, la naturaleza nos brindó una preciosa estampa, una increible alfombra de musgo. De nuevo abrimos todos los ojos asombrados para contemplar este maravilloso momento.


De camino hacia el refugio nos dio tiempo a entender cómo funciona la cadena alimentaria, la utilidad de los cortafuegos y muchas cosas más.




Y claro, como no iba a ser de otro modo, volvimos a tener la oportunidad de visualizar otro cuadro impactante de color al alcance de nuestra privilegiada vista. Que además gracias a ello pudimos aprender por qué las hojas de los pinos siguen de color verde.




Una vez llegados al refugio del Achichuelo, bocatas o paellas en mano, digo paellas porque alguno parecía que estaba en un restaurante jajaja, dedicamos el último momento a disfrutar de una comida en compañía de todos, con sus posteriores juegos antes de retomar el camino de vuelta al colegio.


Y para terminar mejor el día, ¡qué sorpresa tuvimos al llegar!Aunque no pudimos ver ningún castaño, en la excursión, pudimos saborear sus frutos con la castañada que nos habían preparado en el colegio.
Después de todo, que suerte tan grande es el poder pertenecer a esta gran familia.



Un saludo, los tutores.

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