Aprender a aprender

martes, 14 de mayo de 2019

Mandamos cartas en 2º de primaria

Probablemente los alumnos de esta clase vayan a hacer poco uso del correo tradicional a lo largo de su vida. Las nuevas tecnologías y maneras de comunicación, el ahorro de papel y la comodidad de cada uno están consiguiendo que mandar cartas por correo sea un hecho cada vez más olvidado.


No obstante es algo imprescindible, algo que hay que aprender y no sólo porque lo diga el libro, sino porque recibir un email nunca tendrá la misma gracia que abrir una carta con tu nombre que alguien se ha tomado la molestia de redactar para ti sin faltas de ortografía.

Para aprender algo de primera mano, es necesario practicarlo. Es por ello que los alumnos de 2º de primaria llevan unos días manos a la obra inmersos en el mundo de las cartas.





En primer lugar y, tal y como indicaba el libro, analizamos las partes necesarias que toda carta debe tener. Luego, observamos el sobre en el que se mandan las cartas y todas las cosas que hay que poner para que nuestra carta llegue a su destino: dirección, remite, sello…

Con la teoría clara ya podíamos mandar una cara así que… ¡al lío!




Cada alumno escribió primero un borrador de la carta que iba a enviar a uno de sus compañeros de clase y tras la corrección de la profe, tuvieron que pasarlo “a limpio” con buena letra y sin faltas de ortografías. Los más animados incluso incluyeron un dibujo en la parte de atrás.



Carta escrita. Sólo quedaba mandarla, y para eso la profe nos ha tenido que ayudar un poco escribiendo  las direcciones de nuestros compañeros en el sobre. Esperemos que todas las direcciones estén actualizadas aunque si no, no pasa nada porque la carta vuelve a la dirección del remitente (en este caso a la dirección del cole).




Nuestro último paso ha sido ir a buscar un buzón de correos por el barrio del cole. La mayoría ya sabían dónde estaba colocado así que nos ha costado poco encontrarlo.




Ya solo queda esperar a que las cartas lleguen y ver qué nos han escrito nuestros compañeros ¡Qué nervios!

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