El juego duplica la capacidad de concentración y de memoria del niño, resultando más sencillo el aprendizaje, además beneficia a los niños de diversas maneras, les ayuda a crear experiencias y sentimientos positivos entre los miembros de la familia, y es un buen modo de conoceros y ser partícipes de su proceso de crecimiento.
Durante el juego es importante felicitarles por los logros y hacerles conscientes de aquellos aspectos que pueden mejorar. Aprovechar esta oportunidad que nos ofrece el juego para establecer límites. Es muy importante que el juego sea un acto habitual entre padres e hijos desde los primeros años de vida.
¿Cómo jugar con los hijos?
En primer lugar, seguir las ideas de vuestro hijo, que sea él quien elige el tipo de juego que desea, que lleve la iniciativa.
El niño marca el ritmo del juego, aunque os parezca repetitivo tenemos que esperar a que él mismo decida cambiar.
El juego es un momento especial, valorar lo que el niño está haciendo, sus esfuerzos, lo que está realizando…
Ante los problemas que se presentan en el juego que sea el niño el que resuelva los problemas, los padres fomentan su confianza, animan a que lo intente, se le dan pistas, pero ¡nunca hagáis las cosas por él!
El juego es el mejor momento para prestar atención a vuestro hijo, si se comporta de una forma inadecuada, dejaremos de prestarle atención, volviendo a atenderle cuando se comporte de forma adecuada. Al finalizar el niño recogerá los juguetes.
Nuria Robles
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