El recreo supone un momento de relax, de desconexión y de disfrute de los niños frente a la jornada matutina. Todos, niños y adultos disfrutamos de ese momento tan necesario todos los días, dónde debemos aportar al cuerpo un poco de energía: el almuerzo.
El almuerzo debe ser un tentempié. Si ponemos mucha comida el niño se sentirá hinchado y pesado y le costará mucho más centrarse en las clases de después.
Muchos niños no acaban su almuerzo y lo acaban tirando a la basura o lo llevan de vuelta a casa. Esto debe ser consensuado entre padres y niños. ¿Qué esta pasando? Valorar si es cuestión de gustos o de cantidad. El consenso entre ambas partes es la mejor solución. Se le puede dar a elegir entre los alimentos que queremos que tome.
Lo que si tenemos que tener en cuenta es que el almuerzo que damos a nuestros niños también les aporta lo necesario para su crecimiento, por lo que debemos favorecer un almuerzo saludable. Entendemos que esto puede ser más complicado a la hora de pensar, es más fácil comprar un bollo, que hacerlo, y recurrimos con frecuencia a la bolleria industrial.
Sin embargo, desde el colegio os vamos a ayudar. Os proponemos ejemplos de almuerzos saludables para que no haya que pensar mucho. Aunque esto se os dará en las reuniones de padres, lo ponemos por escrito también.
Lunes: Cereales: copos de cereales, bocadillos pequeños, bizcochos caseros, etc.
Martes: Fruta: a ser posible fruta de temporada. Hay fruta en el colegio todos los días.
Miércoles: Lácteos: quesitos, queso con membrillo, yogures, etc
Jueves: frutos secos: jugando con las variedades.
Viernes: bocadillitos.
El colegio participada en el Programa Europeo de consumo de frutas y hortalizas, por lo que los alumnos podrán coger la fruta y/o hortaliza que haya en cada momento.
Seguro que ya lo tenemos más claro y mucho más fácil.
Ánimo que con estos consejos nuestro niños estarán mucho más preparados para su día a día.
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