Cuenta la leyenda, que cuando metieron a Jesús en el sepulcro, había dentro de la cueva un conejo escondido, que muy asustado veía como la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto. El conejo se quedó y vio algo asombroso, como Jesús se levantaba y un ángel quitaba la piedra, que tapaba la entrada, y Jesús salía ¡más vivo que nunca!
Se lo quería decir a todo el mundo, pero como no podía hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, entenderían el mensaje de vida y alegría, y así lo hizo.
Desde entonces, el conejo sale cada Domingo de Pascua, a dejar huevos de colores en todas las casas, para recordar al mundo que Jesús resucitó y que hay que vivir alegres.
Éstos son los conejitos que han realizado los alumnos de primaria con alegría e ilusión:
No hay comentarios:
Publicar un comentario