El 5 de junio era un día marcado
en negrita y subrayado con fosforito en nuestro calendario de clase. Por si
alguien no se había enterado, era el día en que nos íbamos a ir a dormir a
Somalo. Saco, mochila, gorra… preparativos que llevaban dándoles vuelta en la
cabeza unas semanas antes.
El día empezó con muchas ganas,
nervios y con sonrisas de oreja a oreja. Todos puntuales en la fila esperaban a
que sonara el timbre para empezar esta aventura tan maravillosa de la que tanto
habíamos estado hablando en clase.
En el autobús camino a Uruñuela,
nadie se quedó dormido. Sólo se podía sentir la ilusión, emoción, alboroto de
nuestros chicos por llegar cuanto antes y empezar las diferentes actividades
que nuestras profes tenían preparadas.
Nada más llegar, lo primero que
hicimos fue distribución de habitaciones y organización de mochilas y sacos.
Alguno aquí ya perdió la noción del tiempo y preguntaba si era ya la hora de
comer. ¡Pero si son las 10h todavía! Tendremos que hacer antes un poquito de
ejercicio, ¿no?
Nos pusimos nuestras gorras,
crema solar y nos fuimos a disfrutar del bonito paisaje entre viñedos que
rodeaba nuestra casa. Durante el camino pudimos recordar todas aquellas cositas
que habíamos aprendido a lo largo del curso en clase y verlo insitu para
poderlo adquirir mejor.
Llegados ya a casa, almorzamos,
bebimos un poquito de agua y empezamos con la actividad de Ciencias. En ella
tenían que relacionar el ciclo de la uva con sus imágenes, sopas de letras, puzles
con diferentes imágenes de Somalo… Y por último decorarlo con las diferentes
hojas y flores que previamente se les había avisado que tenían que coger durante el paseo.
Llegó el momento de la comida.
Comida riquísima que nos prepararon las mamás voluntarias que quisieron estar
con nosotros. ¿Se puede repetir?, ¡están buenísimos! eran palabras que se les escuchaba continuamente. ¡Estaban hambrientos!
Por la tarde se quiso unir con
nosotros la lluvia pero si alguno estaba preocupado por qué íbamos a hacer en
ese momento… sin problema ninguno. Disfrutamos haciendo un memory relacionado
con Somalo. Dibujos del chafariz, de la puerta tan bonita de entrada a la casa,
animales, literas, sacos de dormir… Juego con el que pudieron jugar y disfrutar
posteriormente.
Continuamos el día cogiendo fuerzas de nuevo con la
merienda para pasar posteriormente a jugar por dentro de la casa al stratego. Una
baraja de cartas tenía la culpa. Las reinas o reyes, los protagonistas, y todos
en busca de ellos. Les gustó tanto que pidieron repetirlo de nuevo.
Llegó el momento de la cena y de
la verbena aunque también el cansancio se veía reflejado en sus caritas. Alguno
incluso pedía subir a las habitaciones a dormir. ¡Lo habían dado todo!
Música a tope y … ¡Buenos días!
Noche superada. Noche que seguro que muchos papás no durmieron bien pensando
cómo habrían dormido sus hijos. Pues que sepáis que dijeron que habían dormido
mejor que en casa.
La paz que había se terminó en
unos segundos. Llegó el momento de recoger los sacos, ropa, zapatillas e ir organizando
las cosas para cuando llegara el autobús volver a casa.
Empezamos la mañana con una
gymkhana y juegos que las profes tenían preparadas.
Trabajo en equipo era una de las
claves para conseguir resolver cada una de las pruebas en las que consistía la
actividad.
Esperemos que las imágenes mostradas transmitan esa alegría, felicidad con la que estuvieron los dos días que pasamos en Somalo.
No terminamos sin dar las gracias a las mamás voluntaria que aportaron su GRAN granito de arena para que todo pudiera salir perfectamente y que nuestros chicos y profes, recuperaran energías con las comidas tan buenas que nos hicieron. MUCHAS GRACIAS. ¿Nos vemos a la próxima?